PINCHA PARA ESCUCHAR ⬇️ `•.,¸¸,.•´¯ 🎀 𝒩𝒶𝓋𝑒 𝓁𝓁𝒶𝓂𝒶𝓃𝒹❀ 𝒶 𝒯𝒾𝑒𝓇𝓇𝒶 🎀 ¯´•.,¸¸,.•` Hoy os traigo una narración que hice de uno de los relatos publicados en el libro de Las Historias de Marta. Es una historia tierna, llena de optimismo, aunque nos pueda coger un pellizquito en el corazón. He elegido este relato porque muchos de vosotros me dijisteis que os gustó. Espero que mi locución cumpla vuestras expectativas. ¿Os gusta las narraciones? ¿Queréis que vaya haciendo más? Todos los derechos reservados Marta Azorin Facebook: Marta Azorin Instagram: Cuenta de autora: martazorin_escritora Cuenta de reseñas: las_historias_de_marta
Me sorprendo mirando abstraída por la ventana, como si el ruido de mi pequeña radio me acabara de despertar de un letargo, cuando debería estar tecleando el ordenador. Las paredes del edificio de enfrente se han vestido de un rosa tenue, reflejando el atardecer que ya se asoma al fondo de la calle. Pero, desde este sitio en el que me encuentro, no lo puedo ver. Un niño, que se parece muchísimo al mío, está en una de las terrazas que contemplan mi casa; el crio me saluda. Le respondo con una sonrisa y, mientras comienzo a levantar mi mano para responderle, noto que alguien está detrás de él. Agarra los hombros del pequeño y le obliga a dar la vuelta. Ella, antes de entrar en su salón, se gira para mirarme desafiante. Me quedo totalmente petrificada al comprobar que es exactamente igual a mí. No es posible. No he debido verla bien y tengo que ir a comprobarlo. Ese chico...¡también es igual que mi hijo! Tengo que salir, ¡sí!, tengo que hacerlo a pesar de
Soy el título de una obra incompleta, una imagen borrosa de deseos aplazados. Me reconforto en el abrazo añorado de quienes también viven esperando, y siento cada palmada que mi aplauso grita por todos los que cuidan de que no nos falte ni comida, ni limpieza, ni la vida, ni el alma. Me asomo a mi mundo interior cada día, abro su ventana de par en par, y los personajes se cuelan ocupando la sala en la que estoy sentada. Me miran y susurran historias que difundo a través de unas teclas. A veces se quedan más de lo esperado y, cuando se marchan, les agradezco este exquisito encantamiento al que me han sometido. Tras su salida, cierro con fuerza la lucerna que separa mis universos, observando de reojo cómo mi inframundo quiere deslizarse, lloverse y apoderarse; los miedos y el enojo llegan hasta el alféizar y se quedan ahí vigilando, esperando su turno, como el ojo avizor de una vieja. Les digo que en otro momento; les doy la vuelta. Porque ahora es tiempo de abrir a la gratit
Recuerda que somos animales que tropezamos dos veces en la misma piedra..
ResponderEliminar