NAVE LLAMANDO A TIERRA

Hoy, en la siesta, he pintado la frente a Gael y ni se ha enterado, pero al despertar ha ido al baño y ahora está gritándome. — ¡No me guztan estas bromas! ¡Te lo he dicho muchas veces!—. Lloriquea mirándose al espejo. Me tapo con la sábana la cara para que no escuche mi risa. — Venga, vamos a jugar un rato—le digo cuando vuelve a la habitación—. ¡Píntame también! Toda la cabeza si quieres. Tengo las pistolas de ayer en el cajón. — Vale—dice con medio puchero aún en su cara. Pobrecito, él es bastante más pequeño que yo y, en ocasiones, me aprovecho de eso. Las horas del día son tan largas a veces… Nos ponemos en pie. Él tiene que apartar algunos cables que le molestan, pero al final saltamos de las camas y comenzamos el juego. — ¡Atención, nave nodriza dirigiéndose a tierra! ¡Nos persigue una nave extraterrestre! ¡Ayuda! — ¡No te ezcaparás maldito terrícola! Vais a morir todos, ja, ja, ja—exclama exagerando una risa perversa.