DESTINOS CRUZADOS

Podéis pasar. Adelante. Si miráis dentro de la sala, veréis los pupitres, y al fondo grandes ventanales que dan al patio. Es una clase amplia, bañada de luz y siesta. En este momento hay gente dentro, esperando comenzar el curso. Chicas que tienen entre dieciocho y veinticinco años, sofocadas por el calor de la tarde y hablando entre sí. Ahora sentaos y miradnos. Es el primer día. Llego de la mano de una desconocida a la que he preguntado por la clase de tercero A de Administrativo. Soy nueva y me he perdido. Entro con ella. Mientras, me explica que una de sus mejores amigas empieza el mismo curso que yo y se ofrece a presentármela. Mis futuras compañeras de la clase nos miran curiosas. Algunas han hecho el primer ciclo allí, pero muchas venimos de otros centros. — Mira, esta es la clase. Te presento a Teresa. Es la amiga que te venía comentando —me dice la desconocida. — ¿Qué tal? Soy Marta —me presento, mientras tomo asiento a su lado. A partir de este momento, nos hacemos ins